Continuamente se escuchan noticias sobre lo que ocurre en México,
muertos, secuestrados, levantados en el norte del país, asaltos a mansalva,
asesinatos en el centro del país, paso de drogas e indocumentados centroamericanos
al sur del país y sin embargo las autoridades en sus continuos comunicados
dicen “México está tranquilo, aquí no pasó nada”, e incluso algunos líderes más
sinvergüenzas tienen la desfachatez de decir cuando se les cuestiona “a quien
le van a creer, a los expertos o al gobierno”.
Esta actitud es un total desconocimiento de la realidad de
la vida moderna, el internet, esa astilla en las comunicaciones de todos los
gobiernos del mundo y que nos permite conocer opiniones, noticias y otras ideas,
se ha convertido en la conciencia de los gobiernos que ya no tan fácilmente
pueden marear a sus ciudadanos con mentiras sobre lo que pasa en el país,
siempre habrá alguien más informado en internet y si a esto se suma el auge de
los teléfonos celulares con cámaras y conexión inmediata a las redes sociales,
podemos estar seguros de que casi el 100% de las novedades que ocurren en
cualquier parte del mundo, a menos que se produzcan en el desierto de Gobi y
eso tal vez, serán transmitidas y darán la vuelta al mundo a través de la
supercarretera de la información.
Este constante ir y venir de novedades han provocado la
emisión de leyes que tratan de controlarla por parte de los gobernantes, un
ejemplo claro es el de los gobiernos de Corea del Norte y de China donde aún es
controlado el acceso al internet y prohibidas muchas de las paginas
occidentales, esto tal vez es una repercusión de aquellos sucesos de Tiananmen
en 1989, la plaza donde fueron masacrados estudiantes universitarios chinos, en
clara copia de lo ocurrido veinte años en el Tlatelolco mexicano, en donde los
periodistas pudieron accesar a incipientes redes de información, precursoras
del internet actual, y enviar fotografías y notas de los acontecimientos que allí
ocurrían, razón por la cual el bloqueo a las redes electrónicas se hizo
prioritario para las autoridades dictatoriales de China, lo mismo ocurre en
Corea del norte donde sus estudiantes tienen vedado el acceso libre a internet,
solo se puede conectar a través de
sitios controlados por el gobierno, salvo el caso de algunos científicos que tiene
libre acceso, de manera supervisada, a la internet.
Pero la naturaleza de este medio es tan extenso y difícil de
manejar que, incluso en países tan controlados, se puede llegar a entrar a las
paginas libres, bajo riesgo claro está, y mantener informado al público sobre
lo que realmente sucede, tal es el caso de Cuba donde la bloguera cubana Yoani Sánchez
ha logrado emitir al mundo sus opiniones sobre lo que acontece dentro del país,
pese al férreo control de los Castro.
En México se da un fenómeno interesante, las cámaras de
celulares, las conexiones a la red, son relativamente buenas, sin llegar a la
excelencia de los países desarrollados o incluso de algunos países de Latinoamérica,
por lo que siempre que ocurre algo, accidente, prepotencia, delito o algún otro
acto deshonesto, es muy probable que sea captado por las cámaras de alguna
persona cercana quien en cuanto puede lo sube a internet, provocando la
indignación de la gente, solo indignación, hasta ahora no se ha logrado, aunque
lo han intentado, que el pueblo responda en masa a estas denuncias que solo
quedan en comentarios de enojo por parte de los lectores de estas notas.
Sorprendentemente el Gobierno, ya sea federal, estatal o
municipal tiene la desfachatez de negar lo ocurrido, así se les presenten mil
videos, para después tratar de contar la historia a conveniencia, “si lo
asaltaron pero la culpa fue de la víctima por caminar por esa calle”, “si los
mataron es porque estaban coludidos con el crimen” y no solo el Gobierno, la
misma iglesia católica parece creer que su palabra es incontrovertible ya que
cuando salen a la luz casos de pederastia o de confabulación con elementos
delictivos tienden a minimizarlo, tal vez porque “los caminos del señor son muy
extraños”.
Incluso el fenómeno llega a mas, entre los propios
ciudadanos, es posible que llegue el caso de que a alguna persona se le esté
asaltando o golpeando en pleno centro de la Ciudad de México a mediodía y que
ningún ciudadano le socorra, la gente que pasa toma sus cámaras celulares y
prefieren grabar el suceso, para subirlo de inmediato a su canal de YouTube,
que, si bien es una ayuda para denunciar lo que sucede en nuestro país, también
es algo surrealista y lo más extraordinario de todo, si aún hay más, cuando
este tipo de grabaciones se presentan en los juzgados son pronto desestimados
por los jueces con la ayuda de los defensores de derechos humanos que parecen
estar más preocupados por defender al delincuente que atender a quienes se han
visto agredidos por este, me pregunto si no debería también existir un
organismo que se llamara “Comisión de los derechos humanos para la defensa de
las víctimas de delitos” con el fin de que levanten demandas, tal vez apoyados
en los medios más modernos, que acusen a los delincuentes por haber abusado de
los derechos de la víctima y con ello buscar un castigo adecuado a estas
personas que han hecho del abuso a los ciudadanos un medio de vida, en verdad
que hace falta.
Esto me lleva a pensar en las cárceles, esos hoteles del crimen
donde los impuestos ciudadanos son absorbidos para que los delincuentes
aprendan como deben de agredir a la sociedad, es necesario que cambie totalmente
el sistema carcelario mediante el cambio de percepción de la ciudadanía,
quienes caen en estos lugares no están allí por concurso de simpatía, sino que
probablemente fueron remitidos por atentar contra la ciudadanía, por lo que se
debe añadir a la rehabilitación una verdadera enseñanza de un empleo formal, se
deben crear talleres de sastrería, fabricación de calzado, etc., que sirvan
para que el preso se regenere realmente, además la propia producción de estos
talleres puede servir tanto para vestir a los presos como para la venta al público,
con el dinero de la venta se puede financiar parte del costo de estas cárceles y
quitar un poco de peso al erario público, pero… he aquí que de acuerdo a los
derechos humanos, “no se puede obligar a nadie a trabajar”, señores de nuevo
les digo, los presos que están en estas cárceles no son angelitos, requieren de
un correctivo y qué mejor del aprendizaje de un oficio, al cual tal vez no
tuvieron la oportunidad de acceder en libertad, para convertirse en gentes de
bien.
Por otra parte, podemos observar la constante compra de
patrullas, equipo sofisticado, material de seguridad y armamento de ultima que
los gobiernos estatales se encargan de gritar a los cuatro vientos, con el fin
de que la ciudadanía crea que están haciendo un gran esfuerzo en la seguridad,
muy bien, nadie niega que el equipamiento sea algo en verdad necesario, pero de
qué sirve si esto no se refleja más que en el momento de hacer la entrega en
los actos oficiales de la foto, es posible salir a la calle un par de días
después de que esto ha sucedido y percatarnos de que las armas tan sofisticadas
no están usándose, los policías de cuadra, por así llamarlos, traen un viejo
revolver, y si se lograra ver algún arma de las nuevas, probablemente solo
traería un par de balas, casi siempre compradas por el mismo oficial de
policía, las motos, camionetas y demás vehículos pasearían por las calles por
un par de días, sin que viéramos gran aumento en el patrullaje, ya que los
vehículos nuevos estarían parados en los patios de las instituciones de
seguridad, probablemente para que no se les gasten e incluso algunas de estas patrullas pronto
serian despojadas de todo logo, insignia o torreta para ser usada como vehículo
particular por parte de los altos jerarcas policiales.
Otro de los grandes rubros que aún están muy, pero muy poco
usados es el de la tecnología informática, en cualquier institución de México
las computadoras son poco menos que modernas máquinas de escribir, el internet
solo sirve para que los empleados, por lo regular los jefes, vean las noticias,
chequen su email, que no tiene nada de alguna información policial, vean los
lugares donde van de vacaciones, paginas xxx, etc.
No existe un cultura de policía donde se aproveche esta al
máximo con programas especializados como los sistemas de Georreferenciación,
que podrían servir de manera efectiva en la disminución del delito, ubicando
diariamente la problemática en mapas y estudiando los periodos, las
coincidencias y los aspectos de los sucesos diarios; los estadounidenses y los
europeos lo saben bien, en Nueva York cuentan con un programa de georreferenciación
el cual les ha dado pautas de conducta delincuencial que les han servido para
ajustar su trabajo diario, un ejemplo, después de estudiar el mapeo diario
durante meses, en un precinto de Nueva York, se percataron de pequeñas burbujas
de delitos que surgían de pronto en zonas muy determinadas, estas burbujas
tenían un aproximado de unas cuantas cuadras, no logrando por el momento ubicar
sus causas, fue entonces que un oficial de custodios, después de observar esto
con algo más que curiosidad, les dijo
que cruzaran la información de delitos con la de delincuentes recién salidos de
prisión y entonces…. LOTERIA o BINGO, como dirían los gringos, las burbujas de
delitos tenían como centro el lugar de vivienda de algún delincuente recién
salido de prisión, bajo las circunstancias que fueran, y las fechas de su
llegada coincidían por días o semanas con el inicio de estos eventos.
El análisis de esta información sirvió para adecuar sus
patrullajes, el control de las calles, la verificación de zonas llevándoles a
lo que se llama economía de fuerzas, es decir, el patrullaje ya no era un
despliegue al azar o usando el principio mexicano de “no somos machos pero
somos muchos” con el que generalmente se despliega la policía, sino que eran
ahora capaces de determinar la cantidad de patrullas, hombres y armamento
necesarios en cada zona de la ciudad, en México se han hecho intentos
similares, no continuados por razones que expondré después, en los años 90 en
la ciudad de Poza Rica se mapeaba la incidencia delictiva diaria, llegando a
determinarse que los sectores en los que había sido dividida la ciudad tenían
personalidad propia, uno de estos ubicado en el centro comercial de la ciudad
era lógicamente el más conflictivo, robos de cadenas de oro, de carteras, etc.,
mientras que otro sector, a las afueras, donde se ubicaban los negocios de
bares, cantinas y colonias de bajo poder económico así como una parte de la
zona de tolerancia; resulto ser la zona más violenta, se cometían pocos delitos
pero cuando se daban corría la sangre con no pocos muertos.
Otro esfuerzo se dio en Cancún, donde el análisis de los
partes de novedades diarios arrojo circunstancias similares, aclaro que estoy
hablando solo sobre seguridad pública, si se ampliaran los análisis con la
inclusión de los partes de novedades de las diversas procuradurías, se añadiera
un porcentaje de la cifra negra o sea la no denunciada de delitos, el
comportamiento en los mapas sería más certero; regresando a Cancún, se detectó,
por poner un ejemplo, que en una calle a la misma hora, el mismo día y cada semana
robaban el mismo negocio, el dueño de este comercio lo denunciaba
constantemente pero, la burocracia que casi nada sabe de operatividad policial,
no le hacían caso, fue solo con el análisis de los partes de novedades y el
apoyo de la georreferenciación mediante sofisticados programas informáticos, cuando
al fin se percataron de que esto estaba sucediendo, se procedió a montar un
operativo con base en los horarios y comportamientos detectados lo que dio con
el resultado que el mismo hijo del dueño era el ladrón que fingía romper los
candados para que las sospechas fueran por otra dirección.
Estos esfuerzos fueron únicos y su común denominador fue,
jefes capaces de imponer su estilo y no tener miedo a la tecnología pero que al
acabar los tiempos de servicio de estos volvieron a caer en desuso regresándose
a la primitiva forma del quehacer policial en México donde como estrategia básica
caemos en el exceso y en la suerte e incluso en la intuición del oficial de policía,
que si bien no es mala, podría verse apoyada por la tecnología si se le diera
al uso de esta la seriedad y el enfoque debido .
El primer punto es a mi juicio el más importante ya que en
todo México las estructuras policiales usan el sistema de sectores, ya sean
direcciones, inspecciones o policías intermunicipales, sus zonas de patrullaje
se determinan en sectores a cargo de un jefe de sector que se convierte en un
verdadero señor feudal, es el amo absoluto del área, ni siquiera los policías
federales o los ministeriales tiene ese grado de poder en alguna área de la
ciudad que cuidan, el jefe de sector manda, determina e indica la forma en que
se deben de llevar a cabo las cosas en sus feudos y rechazan, no de manera
directa sino simplemente desobedeciendo las indicaciones, cualquier intento por
coordinarse en operativos o acciones con otros jefes de sector o aceptar algún
medio moderno como los mapas georreferenciados para diseñar acciones y
estrategias, el comandante de sector es un ser al que se le ha dado el poder
divino, eso piensa el, en su feudo es el que dice que se mueve y que no y los
oficiales a su cargo deben responderle de manera incondicional, so pena de ser
arrestados o enviados a zonas peligrosas de sus areas.
“El poder corrompe y el poder absoluto corrompe
absolutamente”, podría ser el resumen de lo que acontece en los jefes de
sector, pero esto es así por una sencilla razón, la falta de jefes superiores
capaces de dictar e imponer la coordinación de acciones y el uso de sistemas modernos, elegir y
obligar a los elementos a capacitarse en modernas técnicas e incluso apoyar en
la formación de los mismos.
A qué se debe esta falta de Directores, Secretarios,
Inspectores y funcionarios capacitados verdaderamente en las necesidades de la Seguridad
Publica, sencillamente a que son puestos altamente politizados, en donde los
intereses de los grupos de poder, que impulsaron al candidato a gobernante se
imponen al momento de elegir a quien conducirá la protección de los ciudadanos,
estos Superiores estarán siempre más pendientes de lo que sus patrones
necesiten que en ir a visitar colonias, pueblos o comunidades para darse una
idea de lo que el pueblo requiere en materia de proteccion.
Por ultimo hay otro tipo de seguridad que en México no se
considera muy importante, si bien se le destinan grandes recursos, no se le
toma importancia a menos que un volcán este en erupción o halla un terremoto o
se dé un huracán, la Protección Civil.
Hay quien diga que en México hay instituciones dedicadas a
esto como el CENAPRED, las diversas instituciones estatales y municipales de Protección
Civil que existen, que hay un Sistema Nacional de Prevención de Desastres, que
en México la Protección civil está organizada en solo tres escalones, el
Federal, el Estatal y el Municipal, que se cuenta con amplios recursos, pero…
…Estos recursos solo se quedan en las Instituciones
Federales, llegando a chispear en las Estatales y muy a cuentagotas con los
municipales, hay quien dirá que no es verdad que siempre que hay una inundación
se envían despensas y cobijas, pero señores, la protección civil es más que
despensas y cobijas, la protección civil es capacitar a los elementos que la conforman y la aplican
y equiparlos, la mayor parte de los brigadistas o encargados de la protección
civil en cualquier municipio debe de comprarse sus equipos, ya que los recursos
no alcanzan a llegar a ellos, además de que es escaso el material de
capacitación que se les entrega o se difunde entre la ciudadanía con el
consecuente desconocimiento de parte de todos sobre lo que hay que hacer en
caso de algún desastre.
Bien, este panorama general de lo que acontece en México es
solo un breve panorama de lo que sucede en el país, faltan muchas piezas aun
por unir para que comprendamos la realidad de esta situación que vivimos.
Gracias por su lectura.